El consultor argentino Daniel Everton asegura que cualquier descuido en esta fase puede repercutir negativamente en la productividad, por cuanto no solo representa una disminución de productos, sino también gastos en tecnología, personal y otras variables que no se cuantifican con frecuencia.
Refiere, reseña el portal El Sitio Porcino, que el número de lechones destetados anualmente y el peso de esos ejemplares son los principales indicadores de que la reproducción está bien encaminada y, por lo tanto, también lo está el negocio.
Señala varios aspectos a los cuales hay que prestarle atención:
1. La condición corporal de las cerdas para el momento del parto, evitando sobrealimentarlas.
2. Acceso y calidad del agua que se le da de beber a las cerdas, su análisis continuo y su fácil toma.
3. Personal capacitado para atender a las cerdas.
4. Temperatura adecuada tanto durante el proceso de gestación, como para el momento de parto, porque las altas temperaturas afectan desde la ovulación hasta la calidad de los óvulos.
5. Mantener el área de comederos en óptimo estado, limpia, con alimento fresco, agua limpia y raciones adecuadas durante mayores intervalos de tiempo.
6. Tener las raciones tecnológica y fisiológicamente adecuadas, por cuanto garantiza un óptimo desempeño durante el parto y la lactancia.
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