Muchas veces los seres humanos tienden a abrogarse más tareas de las que pueden realizar. Esto, la mayoría de las veces, termina en acciones inconclusas o a medio hacer. En las empresas estos pudiera ocurrir y para prevenirlo es importante delegar. Si no se hace, puede traer consecuencias perjudiciales para el negocio, como la pérdida de tiempo, de productividad y de eficiencia.
La capacidad de delegar el trabajo es una necesidad si se desea poder atender eficientemente todos los ángulos y complejidades de las empresas. ¿Cómo y cuándo delegar? son las interrogantes que surgen, precisamente, en el momento de adoptar la decisión, sobre todo, porque delegar de forma adecuada ayuda a las compañías a crecer.
En este sentido, los directivos y líderes de las compañías no deben temer encargar tareas a sus gerentes y colaboradores. Esa decisión es importante sobre todo en los casos en que los colaboradores cumplen con los requisitos de suficiencia y fiabilidad para encomendarles las responsabilidades y tareas.
Delegar es una excelente señal de confianza hacia los empleados, lo cual los hace sentir motivados, incentivando el talento, la creatividad y la innovación. Además, delegar aligera la carga a los altos directivos, creando mejores y mayores condiciones para resolver tareas de gestiones estratégicas a largo plazo.
No obstante, la acción de delegar no es una cuestión de tomar a la ligera, pues requiere observar el desempeño y aptitudes de los candidatos para resolver problemas y tareas.
Las áreas en las cuales se puede delegar son los trabajos rutinarios o del día a día, asuntos privados, eventos informativos o aquellas materias cuya atención y solución requieren la especialización o profesionalización específica que tiene un miembro del equipo.
Si bien el líder deberá hacer el seguimiento del avance de las responsabilidades delegadas, es innegable que el haberse aliviado en parte de responsabilidades prescindibles le proporcionará tiempo para atender objetivos y planes estratégicos con visión de futuro.
Ahora, ¿qué es lo que no se debe delegar? El establecimiento de metas, decisiones finales sobre cuestiones estratégicas, control de resultados, tareas exclusivas, de alto riesgo y confidenciales y los casos excepcionales o inusuales.
Al final, delegar es una decisión sabia dentro de una empresa.
Referencias:
https://www.ceupe.com/blog/
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