miércoles, 27 de noviembre de 2019

La integración vertical brinda mayor control a las empresas


Hablar de integración vertical en las empresas es hablar de un control casi absoluto del negocio, pues se refiere a cuando una empresa se encarga de actividades que tradicionalmente se delegan en terceros.
La compañía crea o adquiere otras firmas a través de las cuales pueda autoabastecerse de los suministros de los materiales e insumos, o hacerse cargo de algunas o de la totalidad de las tareas relacionadas con la distribución de los bienes que produce.
Es por ello, que la primera ventaja que resalta del modelo de integración vertical es el mayor control sobre toda la cadena de valor, desde la adquisición de las materias primas hasta la colocación del producto final al alcance de los consumidores.
Cuando se da el caso que una organización decide encargarse de autoabastecerse de sus insumos se trata de una integración vertical hacia atrás; y cuando se atiende la distribución y/o la comercialización de la mercancía, es integración horizontal hacia delante.
Además de ofrecer más control de todos los procesos a la empresa, este modelo brinda la posibilidad de vigilar los costos, básicamente en los de distribución.
En el proceso de distribución tradicional, cada paso en el movimiento del producto implica un sobreprecio para que el distribuidor pueda obtener beneficios. Al vender directamente a los compradores finales, los fabricantes pueden "eliminar al intermediario", y así una o más etapas de sobreprecio. También en este punto, cuando es una sola entidad la que gestiona el proceso de distribución, también tiene más capacidad de optimizar la utilización de recursos.
La integración vertical les da a las empresas más acceso a más insumos de producción, a los recursos y procesos de distribución y a los canales de venta. Cada uno de ellos les ofrece oportunidades para distinguirse de sus competidores a través de una comercialización eficaz.
En Venezuela, la empresa Purolomo, es ejemplo de un modelo de integración vertical. Creada en 1967 como una granja porcina, hoy cuenta con otras empresas que completan su cadena de valor. En 1990 David Somoza Mosquera, actual presidente de la organización, fundó Alimentación Balanceada Alibal, concebida como una compañía de compra-venta de materia prima destinadas a producir alimentos balanceados para animales.
Progresivamente, Alibal fue incorporando actividades relacionadas al sector productivo porcino (fabricación de alimento balanceado para animales y producción porcina), luego un desposte de cerdo. La década entre 2005 y 2015 marcó una etapa de gran crecimiento para las empresas de Purolomo, en la cual se unieron todos los componentes operativos, financieros y comerciales, para pasar a ser una integración vertical con todos los eslabones de la cadena ordenados de manera sistemática.

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