DAVID SOMOZA MOSQUERA
Las empresas que pretendan ser competitivas deben tener en cuenta que su principal activo es su personal y eso aplica a las del sector porcino. Los empleados son una pieza clave en ese engranaje y, es por ello, que se les debe generar la suficiente confianza para no sean reticentes a los cambios que se puedan producir y se sientan impulsados a colaborar a cualquier proceso de mejora.
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